Los ecosistemas de pago, al estar sujetos a sistemas que requieren constantes modificaciones y actualizaciones, deben ser continuamente revisados para poder operar sin contratiempos y anticiparse a cualquier tipo de falla o caída en la prestación del servicio de cara a los usuarios.
Estas revisiones permiten la anticipación y preparación de los ecosistemas de pago y pueden realizarse a través de mecanismos conocidos como pruebas de software, que están orientadas a verificar cómo trabaja el sistema: tiempos de respuesta, rendimiento, defectos, entre otros.
En este contexto, las pruebas de software se vuelven esenciales para garantizar la eficiencia de los pagos que prescinden del efectivo que, día a día, son más comunes y prometen ser la tendencia a seguir en los próximos años. Con cada vez más consumidores digitales y un entorno de pagos electrónicos que obedece a la inmediatez, el llevar a cabo pruebas en los ecosistemas de pago se convierte en una prioridad para no arriesgarse a la pérdida de reputación en el mercado y a miles de dólares perdidos en casos tan sonados como la famosa caída del comercio electrónico Amazon en 2013 que, con solo 20 minutos fuera de servicio, estableció pérdidas por más de 3.5 millones de dólares, el equivalente a 117.882 dólares por minuto según el portal de análisis de tecnología estadounidense, VentureBeat.
Con este panorama, existen varios tipos de pruebas que lo pueden ayudarán a prevenir situaciones adversas y con ellas poder medir las capacidades de su sistema, la respuesta de su plataforma de pagos, entre otros.
Algunas de ellas son:
Pruebas de estrés

El objetivo de las pruebas de estrés es validar la robustez y la estabilidad del software, plataforma o servicio, llevando al ecosistema de pago por encima del umbral preestablecido. Para ello, se sobrecarga el sistema con el propósito de identificar, prevenir y trabajar en los distintos factores que pueden llegar a provocar la ruptura o el funcionamiento normal del servicio.
Pruebas de carga

Su objetivo es conocer la cantidad de usuarios, peticiones o requerimientos que soporta su servicio o producto en un periodo de tiempo determinado bajo una carga definida, evitando forzar el sistema a capacidades mayores a las soportadas, corroborando de esta forma el comportamiento saludable en la carga establecida.
Pruebas de capacidad

Al igual que las pruebas de carga, las pruebas de capacidad concentran su objetivo en el número de usuarios que puede llegar a recibir el sistema, pero, se diferencian en su objetivo, en este caso, a este número de usuarios se le añaden más con el fin de medir la escalabilidad o el nivel máximo de clientes que pueden ingresar de manera recurrente a la aplicación o página sin tener contratiempos.
Pruebas de regresión

Con el fin de mejorar continuamente los aplicativos y el software con el que trabaja una compañía, están enfocadas en determinar si el sistema aún funciona correctamente después de un cambio total o pequeñas modificaciones en el código del mismo. Estas evaluaciones resultan ser fundamentales en el trabajo continuo que llevan a cabo los ingenieros.
Pruebas de fiabilidad

Como su nombre lo indica, estas pruebas están dispuestas para medir a capacidad de confiabilidad en el sistema, es decir, su disponibilidad y cómo se puede estar afectando la continuidad del servicio por algún aspecto específico, además de medir la tolerancia del sistema a fallos y las probabilidades de que siga operando a pesar de.
Pruebas de funcionalidad

Conocidas también bajo el nombre de pruebas funcionales, este conjunto de pruebas que incluye pruebas unitarias, pruebas de interfaz, pruebas de regresión, entre otras, y se caracterizan por comprobar y garantizar que las funcionalidades y características de software a evaluar se comporten sin ningún problema y lo hacen a través de los estándares fijados por Software Requirement Specification (SRS).
Cada una de estas pruebas tiene un momento específico para ser aplicada en un proyecto con el fin de cumplir con el óptimo funcionamiento de un ecosistema de pagos que sea confiable y estable para sus clientes. En primer lugar, en la etapa de desarrollo, se llevan a cabo las pruebas funcionales que permiten construir el software de manera adecuada por parte de los ingenieros, después de esto, el equipo de QA o Quality Assurance establece pruebas de regresión para verificar el correcto funcionamiento bajo unos estándares específicos de calidad; a nivel operativo también se aplican pruebas para la verificación del correcto y continuo funcionamiento y, por último, en etapas de producción se aplican pruebas de carga y estrés continuamente, en especial para preparar el software para la carga de eventos masivos.
En este sentido, las pruebas en ecosistemas de pago no tienen como único objetivo comprobar el funcionamiento perfecto de los mismos, deben ir más allá quebrando los límites del software y permitiéndonos identificar los fallos para garantizar la eficiencia del sistema, trayendo múltiples beneficios al negocio como agilizar el time-to-market para llegar más rápido a los consumidores, la reutilización de elementos creados a partir de casos de pruebas que viene acompañado con el ahorro de costes por producción, la eliminación de reprocesos y de involucramiento de terceros, la automatización de muchos de los procesos que ya están establecidos como un protocolo a seguir y, en especial, la minimización de riesgos y la garantía del servicio.
No tener un sistema de pruebas constante y confiable para su ecosistema de pagos puede generar un retraso en los proyectos productivos, restarle competitividad a su negocio teniendo en cuenta la inmediatez del mercado, añadir sobrecostos o pérdidas de dinero cuando hay fallos en el software y, en especial, generar una mala reputación en los clientes del sector.
Con el fin de tener un sistema óptimo en su negocio, en CLAI PAYMENTS® podemos ser los aliados tecnológicos de su compañía en el proceso de ejecución de estas pruebas. Si desea obtener más información déjenos sus datos a continuación: